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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

12 de septiembre de 2009

Leyendas Negras de la Iglesia (4)



por Vittorio Messori

Tomado de Conoze







Las Casas (II)



rma cínica de una guerra psicológica», es como define Pierre Chaunu el uso que las potencias protestantes hicieron de la obra de Las Casas. Las riendas de la operación antiespañola las llevó sobre todo Inglaterra, por motivos políticos pero también religiosos, pues en aquella isla, la separación de Roma efectuada por Enrique VIII había dado lugar a una Iglesia de Estado bastante poderosa y estructurada como para ponerse al frente de las demás comunidades reformadas de Europa. La lucha inglesa contra España fue vista así como la lucha del «Evangelio puro» contra «la superstición papista».


Los Países Bajos y Flandes desempeñaron un papel importante en esta operación de «guerra psicológica», pues estaban enzarzados en una lucha contra los españoles. Fue precisamente un flamenco, Theodor De Bry, quien diseñó los grabados que acompañarían una de las tantas ediciones realizadas en tierras protestantes de la Brevísima relación: dibujos truculentos, en los que los ibéricos aparecen entregados a todo tipo de sádicas crueldades contra los pobres indígenas. Dado que las imágenes de De Bry (que, como es lógico suponer, trabajó basándose en su imaginación) son prácticamente las únicas antiguas de la Conquista, y fueron reproducidas profusamente y continúan apareciendo incluso hoy en todos los manuales escolares, no hace falta precisar en qué medida contribuyeron a la formación de la leyenda negra.


Para añadir un elemento más a los muchos que ya se han citado, es preciso observar que nunca se reflexiona sobre lo que ocurrió después del dominio español. Ya se sabe que España fue invadida por Napoleón y que, a pesar de la resistencia tenaz e invencible que constituyó el primer síntoma del fin del imperio francés, tuvo que abandonar a sí mismos los extensos territorios americanos.

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El Diseño Inteligente: Una breve introducción



por William Dembski







l diseño inteligente (DI) es una teoría que estudia la presencia de patrones en la naturaleza, los cuales puedan explicarse mejor si se atribuyen a alguna inteligencia. ¿Es esa señal de radio proveniente del espacio exterior, un ruido aleatorio, o es producida por inteligencia extraterrestre? ¿Es ese pedazo de piedra sólo eso o es una punta de flecha? ¿Es el Monte Rushmore el resultado de la erosión o es la obra creativa de algún artista? Todo el tiempo nos hacemos este tipo de preguntas, y pensamos que podemos dar buenas respuestas.

Monte Rushmore

Sin embargo, cuando se trata de la biología y la cosmología, los científicos respingan ante la sola idea de cuestionarse, y mayormente de responder, si eso implica inclinarse por la idea de que existe un diseño subyacente. Esta situación sucede sobre todo en la biología. Según el famoso evolucionista Francisco Ayala, el mayor logro de Darwin fue mostrar cómo podía lograrse la organizada complejidad de los organismos sin que fuera necesaria una inteligencia diseñadora. En contraste, el DI pretende encontrar en los sistemas biológicos patrones que denoten inteligencia. Por lo tanto, el DI desafía directamente al darvinismo y otros enfoques materialistas sobre el origen y la evolución de la vida.

La idea del diseño inteligente ha tenido una turbulenta historia intelectual. El principal desafío que ha enfrentado durante los últimos 200 años ha sido descubrir una formula conceptualmente poderosa que haga avanzar fructíferamente a la ciencia. Lo que ha mantenido a la idea del diseño fuera de la principal corriente científica desde que Darwin propuso su teoría de la evolución, es que carecía de métodos precisos para distinguir los objetos producidos inteligentemente. Para que la teoría del diseño inteligente pueda convertirse en un concepto científico fructífero, los científicos necesitan estar seguros de que pueden determinar con confiabilidad si algo fue diseñado.

Por ejemplo, Johannes Kepler pensaba que los cráteres de la luna habían sido diseñados por sus moradores. Hoy sabemos que fueron formados por fuerzas materiales ciegas (por ejemplo, impactos de meteoritos). Es este miedo a ser refutada y desbancada lo que ha evitado que la teoría del diseño entre a la ciencia. Pero los partidarios de la teoría del diseño inteligente argumentan que ya han formulado métodos precisos para distinguir los objetos diseñados de los no diseñados. Aseguran que estos métodos les permiten evitar el error de Kepler e identificar confiablemente el diseño en los sistemas biológicos.

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12 de Septiembre, Festividad del Dulce Nombre de María






on qué reverente brevedad escribe San Lucas, en el capítulo primero de su Evangelio, la frase que sirve de pórtico al divino cuadro de la Encarnación!: "¡Y el nombre de la Virgen era María!". Es como presentarnos, en toda su regia sencillez, en el azahar florido y oloroso de su huerto cerrado, a la llena de gracia, a la Reina de los cielos y tierra, a la elegida, a la excelsa Madre de Dios.

Y, escuchando el acelerado palpitar de aquel corazón sorprendido ante el inefable misterio que va a realizarse, el ángel San Gabriel, con dulce confianza de siervo expresamente encargado de la custodia y guarda de su Señora, le dice, subrayando su augusto nombre: "No temas, María... ".

La creación entera se goza en balbucear el eufónico nombre que Dios le impuso a su Madre. "Nombre cargado de divinas dulzuras", como asegura San Alfonso María de Ligorio; nombre que sabe a mieles y deja el alma y los labios rezumando castidad, alegría y fervor: ¡María! Por medio de la que así es llamada, nos han venido todos los bienes y la pobre humanidad puede levantar la humillada cabeza y presentir de nuevo la cercanía de inacabables bienaventuranzas: O clemens, o pia, o dulcis Virgo María!

Bien le cantamos Mutans Evae nomen, porque Ella devolvió a la gracia, con el nombre de vida, todo lo que la desdichada madre natural de los hombres había entregado a las tinieblas, con el nombre de muerte.
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11 de septiembre de 2009

La verdad sobre El Código da Vinci (Parte Segunda).- Examen crítico de los argumentos del Código Da Vinci (V)








por José Antonio Ullate Fabo





Tomado de Conoze






VI.- Mona Lisa , y cintas de video

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Más sobre Leonardo, el culto a la diosa y el Priorato de Sión

Capítulo 23, página 144:


angdon se dirige a Sophie Neveu: «Leonardo da Vinci presidió el Priorato [de Sión] entre 1510 y 1519, en calidad de Gran Maestre de la hermandad, lo que tal vez ayude a explicar la pasión que sentía tu abuelo por su obra. Los dos comparten un vínculo fraternal histórico. Y todo encaja perfectamente, con su fascinación por la iconografía de la diosa, el paganismo, las deidades femeninas y su desprecio por la Iglesia. La creencia en la divinidad femenina está muy bien documentada a lo largo de la historia del priorato».

[Véase la nota anterior y, en la tercera parte, la información acerca del Priorato de Sión.]

El secreto de Mona Lisa y Leonardo

Capítulo 26, página 152:

Langdon a sus alumnos: «Sí, Leonardo da Vinci era homosexual».

Después, en la página 153, pregunta a sus alumnos si saben quién era la diosa egipcia de la fertilidad: «Era Isis -dijo Langdon, cogiendo una tiza-. Así que tenemos al dios masculino, AMÓN. Y a la diosa femenina, Isis, cuyo antiguo pictograma fue durante una época L'ISA. [...] Señores, no es sólo que la cara de la Mona Lisa tenga un aspecto andrógino, es que su nombre es un anagrama de la divina unión de lo masculino y lo femenino. Y ése, amigos míos, es el secretillo de Leonardo, y lo que explica la enigmática sonrisa de la mujer del cuadro».

La acumulación de falsedades desautoriza las enseñanzas de Brown. Además, las incoherencias son constantes. En este caso tenemos ejemplos de ambas aficiones del autor. Langdon afirma, en su estilo lapidario que «Leonardo da Vinci era homosexual». No se molesta en citar ningún indicio. Una vez más, el abanderado contra el oscurantismo hace gala de afirmaciones sin fundamento.

Antes de observar los hechos reales, tal como sucedieron, hay que preguntarse por el valor de la afirmación en sí y en el lugar en que está hecha. Langdon está dictando una clase de simbolismo. Lo que hace Langdon es un puro chisme, un cotilleo y, en este caso, una difamación. Además, Langdon lo lía todo. Si pretende justificar un tipo de culto basado en la unión de lo femenino y lo masculino, resulta un tanto incoherente reivindicar la pretendida homosexualidad de Leonardo, que resulta difícil de encajar en el esquema de «la exaltación de la fertilidad».

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Editorial de Cabildo 83




Por el Dr. Antonio Caponetto



Tomado del blog de Cabildo





La Discordia, esa peligrosa estrategia

Si hemos de creerle a la mitología, cierta deidad causó la discordia, arrojando una manzana para la más bella, cuya posesión disputó con egomanía furiosa una de las presuntas destinatarias del objeto frutal. Y si hemos de creerle a los registradores de extrañísimas sectas, hacia fines de los años cincuenta del siglo XX, un yanqui alucinado, Greg Hill, fundó la religión del Discordianismo con el propósito de dar batalla a la armonía y el orden.

No necesitará el lector mayores detalles para advertir que estamos evocando la realidad argentina. Porque el kirchnerismo es, entre otras tantas degeneraciones, una técnica del conflicto permanente, una manía por la desavenencia, una ruinosa obsesión por el resentimiento, un culto fatídico por la disensión rencorosa y las querellas vengativas.

Contrastando con su impiedad manifiesta y su ateísmo práctico, tiene la dupla siniestra que al gobierno encarna, la devoción por la ira de los necios que condena la Escritura (Proverbios, 27, 4), hasta hacer del odio una fe subvertida y canallesca. Porque bien enseñaron los Padres que cuando la ira repentina se convierte en odio duradero, el alma se vuelve homicida, y despojándose de la caridad se mata a sí misma y asesina al prójimo. Se entiende que los llamados intelectuales K hayan salido en defensa de un odiador profesional del oficialismo, para más señas atocinado delincuente piquetero.

Lo grave de esta discordia, retratada a grandes rasgos, es que la misma no consiste solamente en el vicio privado o en el morbo psicológico individual de Néstor y Cristina, patológica yunta de pobres diablos nativos. Lo verdaderamente grave es que la desunión y la atomización de la comunidad argentina, la disensión exasperante y el quiebre de la paz social, es su programa y su táctica para asegurarse la permanencia en el poder. Como es grave que para el logro de tamaño fin cuente el Estado con esbirros impunes, adiestrados para vulnerar a la ciudadanía e impedir agresivamente cualquier expresión de repudio al modelo.

¡Cuidado con minimizar esta violencia de los mercenarios! Están bien pagos, y son a su vez los sórdidos garantes del latrocinio de sus mandantes. Ya se los vio en acción, arrollando y amenazando, bajo la tutela cómplice del Poder Judicial, garante de los desmadres del Poder Ejecutivo.

La discordia, el garrote y el odio son hoy las instituciones malignas en la estrategia política de los Kirchner. Les molesta el catolicismo, la historia verdadera, las guerras justas de la patria, el orden natural, el federalismo, el señorío de la palabra libre y veraz, las tradiciones nacionales, los soldados que enfrentaron al marxismo, el trabajo rural, y sobre todo la realidad. Porque lo real —lo real en ellos, inmundos ricachones, y en el prójimo convertido en objeto de sus múltiples saqueos— no concuerda en absoluto con el discurso ideológico que gustan repetir.

¿Puede una nación vivir sin concordia? Va de suyo que no, y a la respuesta de Aristóteles nos remitimos cuando en la Ética Nicomaquea enseña que sin esa amistad política, la ciudad se desarticula y los comunes intereses se desmoronan. Pero tampoco cabe el engaño de aquellos ilusos, que creen que a los causantes de tantísimo daño planificado puede pedírseles alguna contribución a la paz, algún aporte a la reconciliación o algún gesto magnánimo. Estamos obligados a combatir las causas y los causantes de la discordia odiosa y virulenta, sin fomentar la unidad de los opuestos, de la que saldría mayor espanto y ruina enorme.

No acabarán los Kirchner como Dorrego, según la comparanza inaudita y ofensiva que enarboló dos veces la bruja. Nadie fusilará sus carnes quirúrgicas, destino final de la gusanería como toda materia humana. Terminarán como ya acabaron, aunque se nieguen a verlo: objetos del desprecio entero de los argentinos decentes, corridos de la historia a fuerza de denuestos, escupitajos y patadones en el traste, rumbo a alguna jaula, que es el modo en que suelen abandonar el escenario los peores payasos, mientras el público celebra. El tiempo prueba que la discordia suele arrasar de este modo a quienes no quieren ser sus solucionadores sino sus estrategas.

En lo que a nosotros concierne —y si fuera cierto lo que muchos prevén sobre la posibilidad de un enfrentamiento civil provocado por esta gentuza— Dios nos conceda el don de resistir sin desmayos.

11 de Septiembre, Conmemoración de San Proto y San Jacinto, Mártires


Os digo, habrá más fiesta en el cielo por un pecador
que haga penitencia, que por noventa y nueve justos
que no tienen necesidad de penitencia.
(Lucas, 15, 7).



os dos hermanos Proto y Jacinto, esclavos de Santa Eugenia, y bautizados con ella por el obispo Hilario, se dedicaron al estudio de las Sagradas Escrituras. Después de haber permanecido algún tiempo en un monasterio de Egipto, edificando allí a todos por su humildad y santidad, siguieron a Santa Eugenia hasta Roma. Llegados a esta ciudad bajo el reinado de Juliano, fueron detenidos, cruelmente flagelados y finalmente decapitados.

MEDITACIÓN SOBRE TRES MANERAS
DE HACER PENITENCIA

I. La penitencia debe ser interior: para esto el pecador debe ofrecer a Dios un corazón contrito y humillado, recibir con paciencia y resignación todas las aflicciones que se le envían, y hacerlas servir para la expiación de sus pecados. Sufrirás con paciencia si consideras que esos dolores pasajeros pueden librarte de los suplicios eternos que has merecido. El pecador es, él mismo, la causa de sus sufrimientos. No podemos imputar a Dios ninguno de los males que sufrimos, nosotros mismos somos sus autores. (Salviano)

II. Prívate, por espíritu de penitencia, de los placeres que no están prohibidos por la ley de Dios. No mereces el goce que se encuentra en la posesión de las cosas creadas, después de haber abusado tanto de ellas para ofender al Señor. Para las almas inocentes son los placeres permitidos; en cuanto a los pecadores, deben ellos hacer penitencia, y persuadirse de que Dios les prolonga la vida sólo para darles tiempo de expiar sus pecados.

III. Pero no es suficiente; todavía hay que imponerse mortificaciones corporales, para expiar el placer que se ha gustado en ofender a Dios. Los santos siempre han practicado estas austeridades; en sus biografías, no se habla sino de vigilias, ayunos, cilicios y disciplinas. ¿Creemos acaso que somos nosotros más inocentes de lo que eran ellos? El camino del cielo no es más ancho ni más cómodo para nosotros que lo fue para ellos. No nos engañemos: hagamos penitencia, y no recaigamos en los mismos pecados. Donde no hay enmienda, no hay sino vana penitencia. ( Tertuliano)

La penitencia -Orad por la enmienda
de los pecadores.

ORACIÓN

Señor, que la preciosa confesión de vuestros bienaventurados mártires Proto y Jacinto reanime nuestro celo, y que su piadosa intercesión nos proteja constantemente. Por J. C. N. S. Amén.

Salió Cabildo

10 de septiembre de 2009

10 de Septiembre, Festividad de San Nicolás de Tolentino




n la semblanza literaria de San Nicolás de Tolentino han influido las dos corrientes espirituales que dieron fisonomía a la Orden agustiniana, de que fue miembro la eremítica y la apostólica.

Muchos panegiristas le pintan como puro contemplativo, terrible flagelador de la carne, sin gurruminerías con la naturaleza lapsa, como amigo de la soledad al escucho de las palabras interiores. Con todo, los testigos más antiguos, es decir, los que hablan en su proceso de canonización, descubierto modernamente, nos dan un santo más humano y social, en diálogo vivo con el mundo de las almas. No hay que decir que nuestras simpatías se van por esta estampa hagiográfica, más acorde con nuestra sensibilidad moderna y la historia. Nos place saber que San Nicolás se tomaba tres vasitos de vino muchos días, aunque desvirtuándolo con un poco de agua. Y más que el enfermo inflexible, que para no romper su propósito de abstinencia de carne, contra la prescripción del médico y el mandato del superior, con una bendición hizo volar del plato la perdiz asada que le presentaron, nos atrae el religioso dócil, que gusta un trocito del ave, y el resto lo pasa a otros enfermos del convento.

La Marca de Ancona, bella región de Italia, asomada al Adriático y oreada con las bendiciones de la Virgen de Loreto, conserva las huellas de la existencia terrena de nuestro Santo. En Castel Santángelo, dos cónyuges, Compañón y Amada, aureoladas en el citado proceso con alabanzas de vida muy ejemplar, lamentaban el vacío de su hogar. "Sábete, Berardo, que mi padre y madre no eran personas de prestigio ni ricas. Pero deseaban tener prole." Esta confidencia hizo el mismo Santo al amigo que declaró en el proceso. E invocaban con ardor al gran taumaturgo, muy venerado en la región, a cuya tumba peregrinaron juntos: San Nicolás de Bari. "Si nos das un varón, lo haremos religioso: si nos das una hija, ella será monja." Y vino el varón de los deseos, y el hijo del milagro, a quien pusieron el nombre de su bienhechor. La nueva criatura fue el ángel del hogar. "Yo conocí a fray Nicolás durante doce años, y cuando estaba junto a él me parecía un ángel", declara una testigo, por nombre Giovannina.

Aunque nos atraen mucho los santos humanos, no se puede negar la existencia de criaturas muy angelicales, como el niño Nicolás. Su primer biógrafo, fray Pedro de Monterubiano, que le conoció en vida, nos conserva esta noticia: "Yo mismo he oído al enfermero que le asistía lo siguiente: Un día nuestra conversación recayó sobre la inocencia de los niños y fray Nicolás me dijo: Hermano mío, la inocencia, de que hablarnos, se pierde con los años. En verdad, yo que soy un pecador, a quien tú bien conoces, en aquella inocente edad, asistiendo al sacrificio de la misa, veía con estos mis ojos un Niño todo vestido de blanco, lleno de resplandor, que a la elevación de la hostia me decía: Los inocentes y los buenos me son muy queridos. Con los años, quedé privado de aquella visión". Podemos pues hablar de la belleza angelical de la niñez de Nicolás. Y aunque se ocultó el Niño blanco de la Eucaristía, no perdió el ampo de su candor. Por eso a los diez o doce años, oyendo predicar a fray Reginaldo de Monterubiano, sintióse atraído por el hábito y la vida de los hijos de San Agustín.
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Soneto


A José Antonio


No te hiere el relámpago de azotes

incendiario del bien y de la historia,

no la voz del engaño, divisoria,

como el hierro en el mar de los galeotes.


No han de prevalecer estos barrotes

forjados en la roja desmemoria,

ni la opaca o mendaz declamatoria,

ya estéril, sin racimos y sin brotes.


Regresas porque sólo fuiste Ausente,

sólo el crujir veloz de algún alfanje

desenvainando un cielo legionario.


Tu laconismo militar: presente,

tus caídos por Dios y por Falange,

en la recia piedad de un obituario.


Antonio Caponnetto


Dedicado al "tarado" anónimo que manda un comentario "imbécil" cada vez que aparece un artículo del Prof. Dr. Antonio Caponnetto.
(No es insulto el uso de términos como "imbécil" y "tarado", es diagnóstico, ya que el editor del blog es médico).
Y, sólo un subnormal puede gastar tanto tiempo en insistir, como lo hace, en enviar comentarios que sabe no serán publicados. (N. del E.)


9 de septiembre de 2009

La verdad sobre El Código da Vinci (Parte Segunda).- Examen crítico de los argumentos del Código Da Vinci (IV)









por José Antonio Ullate Fabo





Tomado de Conoze





V. Proporciones y más invenciones



Las abejas hacen trampa con la divina proporción

Capítulo 20, páginas 120-121;

«A pesar de los orígenes aparentemente místicos de Phi[7] [...]. Las plantas, los animales, e incluso los seres humanos poseían características dimensionales que se ajustaban con misteriosa exactitud a la razón de Phi a 1. [...] »-Un momento -dijo una alumna de la primera fila-. Yo estoy terminando Biología y nunca he visto esa Divina Proporción en la naturaleza. »-¿Ah no? -respondió Langdon con una sonrisa burlona-. ¿Has estudiado alguna vez la relación entre machos y hembras en un panal (sic) de abejas? »-Sí claro. Las hembras siempre son más. »-Exacto. ¿Y sabías que si divides el número de hembras por el de los machos de cualquier panal del mundo, siempre obtendrás el mismo número? »-¿Sí? »-Sí. El Phi».

A estas alturas comenzamos a sospechar que Langdon ha falsificado su título universitario y hasta el de educación básica. Eso sí, tiene la fortuna de rodearse de alumnos con escaso sentido crítico, a los que intimida con afirmaciones disparatadas y «sonrisas burlonas». La población de un enjambre o de una colmena varía notablemente a lo largo del año, y también varía y mucho la relación entre los machos y las hembras. De modo que la contundente afirmación «si divides el número de hembras por el de los machos de cualquier panal del mundo, siempre obtendrás el mismo número» es una contundente majadería.

En cualquier colmena, cuando llega el otoño la población de zánganos, de machos, prácticamente desaparece, puesto que las hembras los echan cruelmente cuando ya no desempeñan ninguna función. En esos momentos el ratio entre hembras y machos es de X a 0 (siendo X el total variable de las abejas hembras). Los zánganos vuelven a aparecer en primavera y verano, pero entonces, la proporción entre machos y hembras dista muchísimo de ser estable y nunca se acerca lo más mínimo a la llamada Divina Proporción. Un enjambre medio cuenta con una abeja reina; de trescientos a mil zánganos; y unas cuarenta y cinco mil o cincuenta y cinco mil obreras, las féminas. Dividimos el número de hembras (pongamos 50.000), entre los machos (pongamos 800) y obtenemos un ratio de más de 62 a 1. Recordemos que Phi es igual a 1,618. Así que en algún lado hay un error, ya que, de cumplirse la prometida proporción 1,618 (Phi) a 1, el número de obreras debiera ser casi cuarenta veces menor, o el de zánganos cuarenta veces superior.

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La Cruz y la Bandera


por el Dr. Antonio Caponetto



Tomado del blog de Cabildo







i hemos de creer en el valor que tienen los símbolos para la vida política, tres hechos se nos presentan como tales, y han ocurrido en los últimos meses.

El primero fue el arribo formal de la Internacional Socialista, cuando llegaba en junio a su última semana. El Gobierno le dio la bienvenida, el Canciller señaló a los “puntos de encuentro”, la oposición exhibió su impúdico connubio, los principales candidatos se arrimaron para la foto, y quienes siquiera por tardanza o por dudas quedaron afuera, no creyeron oportuno hacer oír su voz de protesta ante una entidad sobre cuyas espaldas pesan no pocos crímenes y malandanzas varias. La unanimidad aprobatoria fue la consigna, por no hablar de la moral del rebaño, como quería el filósofo de Turingia.

Julio trajo su día 4 y el consabido festejo de la “Independencia”; que fue en el Sheraton, claro, con la asistencia en masa de los mismos que ayer nomás, mesaban nostálgicamente las barbas virtuales o reales de cuanto rojo deambulara a su alcance. Y otra vez, como en “Fuenteovejuna”, mas sin su honra, “gritaron todos a una”, su adhesión monocorde y canalla. La partidocracia en pleno se comportó aquella jornada como una dócil y complaciente pasante de Clinton. Washington y Moscú volvían a ser los polos de nuestro equidistante sometimiento.

Y ya en agosto, y he aquí el tercer símbolo al que aludíamos antes, elencos oficiales, oficiosos y facciosos, desfilaron por turnos ante los examinadores de Wall Street, jurando pagar la deuda externa o morir, según reza el inglorioso estribillo hímnico de los crápulas nativos. Después vendría la nueva rendición en Malvinas, aceptando sin protestar los unos o protestando con aceptación los otros, las reglas impuestas desde las nieblas londinenses. Como se ve, en materia de sujeción a los personeros del Nuevo Orden y de servilismo a sus planes, rige la indiscriminación irrestricta y la aquiescencia generalizada.

A esto llamamos “Régimen”. A esta sucesión de personajes, de gestiones, de partidos, de turnos gubernamentales, de conductas públicas, de administraciones políticas, cuyo común denominador es la sistemática acción antinacional; su legitimidad la democracia, de iure o de facto, de civil o uniformada; su cosmovisión la populista; su soporte la usura; su garantía el endeudamiento y la expoliación consentida; su ética la antinaturaleza; su objetivo la extinción de la Fe y de la Nación.

Régimen que ahora proclaman Modelo, abusando de la semántica y de la paciencia. Modelo de diplomacia vasalla, de economía dependiente, de educación pervertida, de justicia sodomizada, de leyes descristianizantes, de resarcimiento material y espiritual a los subversivos, de costumbres amorales, de ejércitos desmantelados, de inseguridad dominante, de vergonzosa e inicua frivolización de la clase dirigente.

A tal Régimen se necesita vencer, para que la Argentina resucite, para que la “hiedra deje de sofocar a la encina”, y el cerrojo que atenaza el cuerpo y el alma de esta tierra doliente se convierta en el hierro con que forjar el asta de un estandarte soberano. Victoria difícil, que no se resuelve en la ficción de las urnas, ni en el sofisma de la soberanía del pueblo, ni en las estrategias de socorristas ineptos, ni en ninguno de los mecanismos que el sistema ofrece para asegurar su supervivencia. Victoria que exige la reacción combativa del argentino sano. Del que es naturalmente nacionalista, porque ama a la tierra con razones y pasiones bienhabidas. Del que no ha renegado de su bautismo ni ha ofendido al Orden Natural. Del que ejercita la decencia antigua de llamar a las cosas por sus nombres. Del que cultiva el decoro del trabajo, del hogar, de la profesión, del oficio, de la tradición y de los sueños. De ese argentino que se siente avergonzado cuando el país es reconocido por sus miserias y sus rufianes, y se enorgullece cuando le mencionan las gestas de los héroes australes.

A ese argentino queremos ofrecerle nuestros propios símbolos. No más que dos tenemos; no más se necesitan. La Cruz y la Bandera. La que fundó la estirpe, y desde hace dos mil años abraza a los cuatro rumbos, redimiéndolos. La que flameó sin dobleces, limpiando el aire con sus bríos.

Cruz y Bandera. Porque con ellas, tuvo la patria su historia y su triunfo. Porque con ellas, la gloria nacional tendrá mañana.

9 de Septiembre, Conmemoración de San Gorgonio, Mártir





El que combate en la palestra no es coronado sino cuando lidiare según las leyes.
(2 a Timoteo, 2, 5).


orgonio, chambelán de Diocleciano, viendo un día a su señor torturar a un cristiano, exclamó: "¿De dónde procede, emperador, que de dos hombres culpables del mismo crimen, no has castigado sino a uno solo? La fe de este hombre es la mía; participo de su resolución". Irritado Diocleciano, lo hizo azotar con tal violencia que su carne volaba en jirones; ordenó después que se le echase sal y vinagre en las llagas. Por fin, después de haberlo hecho asar a fuego lento en una parrilla, lo condenó a ser ahorcado.


MEDITACIÓN
SOBRE LA ETERNIDAD

I. Hay una eternidad de dicha o de desgracia para ti; es una verdad que ningún cristiano puede poner en duda. ¿Comprendes esta palabra: Eternidad? ¿Piensas en ella? ¿Trabajas porque sea feliz para ti? ¡Oh eternidad, cuántas soledades pobló tu pensamiento! ¡cuántos santos ha hecho! Día y noche piensa en estas dos palabras: Seré eternamente feliz. o eternamente desgraciado. ¡Eternidad!... ¡Eternamente feliz... o eternamente desgraciado!...

II. El fin de la vida es el comienzo de la eternidad; ya no habrá más tiempo, ya nada podrás hacer ni para ganar el cielo, ni para evitar el infierno. ¡Oh momento de la muerte, momento tremendo, del cual depende una eternidad de dicha o de infelicidad! ¿Cuándo llegará ese momento? Acaso hoy mismo; y, necio de mí, ¡no pienso en él! ¿Por qué no emplear el tiempo que Dios me da en procurarme una eternidad bienaventurada? Medita este lema de un gran prelado: La eternidad depende de un momento.

III. La eternidad es una corona de gloria para los bienaventurados, y una corona de sufrimientos para los condenados. Siempre comenzará y nunca terminará. Los condenados sabrán y creerán que sus suplicios durarán por toda la eternidad, sin descanso, sin interrupción, sin esperanza de consuelo. ¡Eternidad, eternidad! ¡cuán tremendo es tu recuerdo, pero cuán saludable! Pensemos en ella. Nunca adoptaríamos bastantes precauciones cuando es la eternidad la que está en peligro. (San Bernardo).

El pensamiento de la eternidad -

Orad por la conversión de los pecadores.


ORACIÓN

Señor, que vuestro mártir Gorgonio nos favorezca con su intercesión, y nos haga celebrar con gozo su piadosa solemnidad. Por J. C. N. S. Amén.


El mismo día: Nuestra Señora de Aránzazu, Patrona de Guipúzcoa.



50 kilómetros de Vitoria por carretera, escondido en las estribaciones fragosas que separan a las dos provincias hermanas de Guipúzcoa y Alava, se halla situado el célebre santuario mariano de Nuestra Señora de Aránzazu, patrona de Guipúzcoa. El lector que quiera conocer con más exactitud su emplazamiento geográfico no tiene más que trazar sobre el mapa una circunferencia que atraviese las localidades alavesas de Salvatierra y Araya, las navarras de Ciordia y Alsasua, y las guipuzcoanas de Cegama, Legazpia, Oñate, Mondragón y Salinas de Léniz, para venir a cerrarla otra vez en Salvatierra. En el centro aproximadamente de esta circunferencia, en terreno de Guipúzcoa y jurisdicción de la villa de Oñate, se encuentra el santuario de la Virgen de Aránzazu. El escenario es de una orografía impresionante: verdadero dédalo de montañas, peñascales y barrancos. La fábrica del santuario está literalmente colgada al borde del precipicio, cual nido de águilas. Al sur corta el horizonte la ondulante línea de la sierra de Elguea. Al norte y nordeste se prolongan en cadena los macizos de Aloña y del Aizgorri. Entre este último monte y el santuario, a 1.200 metros sobre el nivel del mar, se despliega, a manera de gracioso regazo, la idílica meseta de Urbia, estación prehistórica y zona de pastoreo durante el verano. A pocos kilómetros del santuario discurrían antaño las tres vías o arterias principales por las que Guipúzcoa hacía su comercio con Castilla, a saber: la que pasaba por el túnel natural de San Adrián, muy cerca del punto donde se juntan las tres provincias de Guipúzcoa, Alava y Navarra; la llamada calzada de Calahorra, abierta al socaire del monte de San Juan de Artía, y la del alto de Arlabán, en Salinas de Léniz. Excepto esta última, las otras dos quedaron abandonadas al construirse las modernas carreteras. Mejor dicho, la primera se ha desplazado unos pocos kilómetros al este, y convertida en carretera nacional Irún-Madrid, es la que pasa actualmente por el puerto de Echegárate.
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Para leer el artículo completo sobre esta advocación de Nuestra Señora, haga click sobre este enlace.

8 de septiembre de 2009

8 de Septiembre, Festividad de la Natividad de la Santísima Vírgen María







l nacer María, la linda hija de dos israelitas estériles, llegó al mundo la "luz", aquella que se había ocultado en el jardín de las Delicias.

Traía la niña un mensaje de "redención" que no guardaría oculto en su alma. Ella lo había de depositar en Aquel a quien después le diera la vida.

La lglesia quiso destacar en la lista de sus conmemoraciones la festividad del nacimiento de María. Y fue instituida la fiesta para recordar a los cristianos la singular predestinación de la Madre del Salvador. María anunció al mundo un nuevo gozo y en la liturgia del día, en el himnario de maitines, se exclama: "Nace María, salud de los creyentes, y su nacimiento es verdaderamente salvación de los que nacen".

El día 8 de septiembre el santoral nos habla de la entrada de la Virgen en el mundo y en nosotros se despierta una gran curiosidad, razonable, al fin y al cabo, por saber detalles de su nacimiento.

Los evangelistas, de quien María fue su guía, nada dicen en concreto de la Natividad. Cristo absorbió toda su preocupación. Dando a conocer al Hijo, de rechazo, dieron a conocer a la Madre. Sólo nos cuentan pasajes y divagaciones de este día glorioso los evangelios apócrifos, sobre todo el Protoevangelio de Santiago, uno de los libros de más difusión en los primeros siglos del cristianismo. Más tarde hacen estudios acerca de este punto San Epifanio San Juan Damasceno, San Germán de Constantinopla, San Anselmo, San Eutimio, patriarca de Constantinopla, y todos los teólogos medievales, así como los santos y mariólogos de los siglos más cercanos.

Pero los evangelios canónicos guardan "silencio". "Silencio" alrededor de Ella. Dios ha comenzado la obra, Él la terminará. Ese será en todo momento el "sello" de la Virgen. La Madre de la "palabra eterna" nació en el "silencio".
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7 de septiembre de 2009

De rodillas sólo ante el Altar - En el Día de la Independencia Nacional - Homilía del P. Ezcurra



Homilía en el Día de la Independencia Nacional
Fiesta de Nuestra Señora de Itatí
9 de Julio de 1987
R. P. Alberto Ignacio Ezcurra Uriburu
(Audio - 25' 23")


Tomado de Página Católica






a Patria es un don de Dios, que ha decidido nuestro nacimiento en un lugar, una familia, una sangre, una cultura, una tradición y en un momento de la historia; y nos ha dado una misión: conservarla tal como la hemos recibido y transmitirla a nuestros hijos para ganarnos el cielo.

Nuestra Patria está herida en su cuerpo por la invasión extranjera de su territorio, y en su alma por la revolución cultural que pretende hacernos olvidar que ella es cristiana. Saberlo tiene que llevarnos a la oración, porque nadie dejaría de rezar al ver a su madre gravemente enferma, esperando del Señor quien, con su gracia, puede solucionar conflictos para nosotros deprimentes e insolubles. Porque la Historia no es un cause ciego, como dicen los filósofos deterministas, y puede ser cambiada sobre todo con una oración insistente y fervorosa que gane el favor de Dios.

La oración debe cambiar, en primer lugar, ese pequeño pedazo de patria que es nuestro corazón y nuestra alma, haciéndonos capaces de cumplir nuestro deber de estado y de decir la verdad oportuna e inoportunamente. Luego cambiará la familia, la escuela, la empresa, el sindicato, el país todo. Porque cuando una sociedad se corrompe en profundidad, como el mundo en el que vivimos, es porque las células que la componen están enfermas, tienen su corazón lleno de pecado, de injusticia y de odio.

Las gracias y la fortaleza que hacen falta para cambiar la historia, la tenemos que encontrar poniéndonos de rodillas, no delante de los hombres ni de los usureros internacionales, sino delante del Altar del Dios Verdadero. Porque en la Santa Misa no solamente se encuentra la fuerza para, sino también la obligación de combatir por la Iglesia, por la Patria y por la Justicia.

En este día en que celebramos la declaración de nuestra Independencia, que no ha sido ruptura con la tradición Católica e Hispánica que recibimos de nuestra Madre Patria, proclamada en circunstancias muy adversas, nos dé el Señor, por la poderosa intercesión de su Santísima Madre, la voluntad de entrega, de sacrificio y de heroísmo que necesitamos para mantener el Alma de la Patria fiel a los valores de Hispanidad, Fe Católica y Romanidad que nos dieron origen.


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POR LA CONVERSIÓN DE LOS QUE INJURIAN A DIOS DE PALABRA, ESCRITO O ACCIÓN *







Por el R.P. Leonardo Castellani








os que injurian a Dios con sus acciones son los pecadores. Todo pecado es una injuria a Dios, en la terminología legalista de la teología latina. Pero no es la intención de esta intención hacer rogar este mes por los pecadores: por ellos debemos rogar todos los días cuando tocan las campanadas de las ánimas, a eso de las 9 ó 10 de la noche, o a las 11, si el Gobierno adelantó la hora; si es que se conserva todavía en este país aquella vieja cristiana costumbre de los pueblos españoles e italianos, de doblar a muerto de noche para mandar a la gente a rezar y acostarse. Creo que eso en Buenos Aires ha sido archivado en el Reglamento de Ruidos Inútiles y Molestos y ha sido sustituido por el gracioso y nasal "Buenas noches" que nos da a las 11 el judío de Radio Belgrano. Ese judío sí que se podía decir que injuria a Dios de palabra y de acción, tan feo como habla el castellano el pobre: es un verdadero pecado.

Los argentinos en su gran mayoría no injurian a Dios de palabra o por escrito, en el sentido de la intención, la cual se refiere evidentemente a los escritos, gestos o dichos impíos, blasfemos y sacrilegos, o sea los actos que directamente envuelven contumelia contra la Divinidad o las cosas a ella relacionadas. Un tiempo hubo la costumbre en Buenos Aires de gritar frases injuriosas a los sacerdotes, hoy bastante remitida, y en muchos barrios enteramente desaparecida. Es cierto que persiste sin embargo, aunque en forma vergonzante e invisible, una superstición con respecto al sacerdote, que manda, so pena de una desgracia innombrable, hacer un gesto bastante obsceno al toparse; superstición procedente del sur de Italia, que es tan maligna e ingeniosa que parece haber sido discurrida por Asmodeo en persona. Es una combinación de pecado contra el 1°, el 4º y el 6º mandamiento. Si la conocen, ustedes me entienden.

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La experiencia de leer, un ejercicio de crítica experimental (7)




por C.S. Lewis




Tomado del Blog C.S. Lewis







7. Sobre los realismos

a palabra «realismo» tiene un significado en la lógica, donde su antónimo es «nominalismo», y otro en la metafísica, donde su antónimo es «idealismo». En el lenguaje político tiene un tercer significado, ya un poco envilecido: las actitudes que calificaríamos de «cínicas» cuando las asumen nuestros oponentes, las calificamos de «realistas» cuando somos nosotros quienes las asumimos. Lo que ahora nos interesa no es ninguno de estos significados de los términos «realismo» y «realista», sino los que tienen en la esfera de la crítica literaria; pero, incluso dentro de esta área limitada, se impone una distinción.

Todos diríamos que son realistas las precisas indicaciones de tamaño que encontramos en Gulliver, donde Swift menciona directamente las medidas, o en la Divina Comedia, donde Dante hace comparaciones con objetos conocidos. Y cuando el monje de Chaucer echa al gato del banco en que desea sentarse, diríamos que se trata de un toque realista[6]. Este tipo de realismo es el que denomino «realismo de presentación»: el arte de valerse de los detalles observados o imaginados con gran agudeza, para acercar algo al lector de modo que éste pueda palparlo vividamente. Por ejemplo: el dragón «que olfatea toda la piedra» en Beowulf; el Arturo de Layamon, que, al enterarse de que es rey, se sentó sin decir nada y «se puso rojo primero y pálido después»; los pináculos de Gawain, que parecían «de papel recortado»; Jonás, que entró en la boca de la ballena «como una mota por la puerta de una catedral»; los panaderos mágicos de Huon, que se quitan la masa de los dedos; Falstaff, que en su lecho de muerte se coge de la sábana; los arroyuelos de Wordsworth, que se oyen al atardecer pero que «a la luz del día son inaudibles»[7].

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Un santo para los sencillos, que se puede «tocar»




por Vittorio Messori





l cuerpo en la urna de Padre Pío, las reliquias, las pérdidas hemáticas de los estigmas: lo que horroriza al eterno gnosticismo intelectual, a su abstracción, a su espiritualidad aséptica es, precisamente, lo que aparece como un signo de Dios ante el «sensus fidei» de la llamada «gente común»

Comprendo bien el desconcierto, si no la repulsión, de muchos laicos e incrédulos ante un santo como el Padre Pío, y a las formas y modos de su culto. Es más: me solidarizaría con ellos, esas sensaciones de estupor y molestia serían también mías, si las vicisitudes de la vida no me hubieran llevado a una perspectiva cristiana. Es más, católica: una devoción así puede ser comprendida por las Iglesias greco-eslavas, aunque con matices diversos, pero es aborrecida por las confesiones cristianas cercanas a la Reforma. Para ateos, agnósticos, protestantes, el clímax de este horror clerical ha sido el directo televisado de la exposición del cuerpo del capuchino, con un adecuado tratamiento de silicona sobre el rostro, como ha explicado el especialista, y la urna a una temperatura controlada.

Pero también para muchos católicos que se dicen «adultos», todo en San Giovanni Rotondo es teológicamente incorrecto: desde aquel 1918 en que se manifestaron los estigmas sobre el cuerpo del oscuro fraile, hasta hoy. Y siempre será «incorrecto», a pesar de los intentos algo patéticos de normalizar el escándalo que representa el Padre Pío. Y en esta línea de adecuación al «mundo», también entra haber encargado la nueva basílica a una «estrella» de la arquitectura como Renzo Piano. Un gran profesional, naturalmente, pero de un explícito, rocoso agnosticismo, y exponente de una cultura que está en los antípodas de aquella en la que está inmerso el santo franciscano.

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